Una posible definición de la coherencia es la siguiente…
Relación lógica entre dos cosas o entre las partes o elementos de algo de modo que no se produce contradicción ni oposición entre ellas.
Cuando me puse a escribir el blog, al empezar con los primeros textos tenía claro qué quería explicar, pero no existía una línea que uniera todo, de manera de que lo que eran pensamientos separados, siempre relacionados con la empresa, se convirtieran en una manera global de ver la empresa.
Esa línea que podía unir los puntos, la descubrí un poco más tarde; al seguir escribiendo más entradas del blog el concepto que me permitía hilar el discurso era la coherencia.
Es más, no sólo empezó a tener la importancia de ser el nexo que aglutinaba las ideas para un texto sino que también pasó a ser un concepto aplicable a todos los aspectos de la vida, así que empecé a valorar las cosas a través del prisma que aporta la coherencia.
A veces en nuestra vida privada hacemos cosas simplemente siguiendo la corriente; puede ser interesante hacer el ejercicio de parar y plantearse si eso que hacemos es coherente con lo que creemos; eso afecta a hábitos de consumo (¿
de verdad vamos a comparar esa marca?) de alimentación (¿eso es lo que realmente queremos comer?) o de entretenimiento. Para mi ese momento en el que paramos marca la diferencia y nos hace sentir más satisfechos con nosotros mismos.
Volviendo a la definición me quedo con el aspecto en el que la coherencia lleva a que no exista oposición y contradicción en las cosas; quizás esa parte es la que hace que el concepto coherencia sea tan potente, si somos coherentes no entramos en contradicciones, y son esas contradicciones las que a muchos nos generan un conflicto, que se puede resolver sólo por aplicar dicha coherencia.
También me he fijado que la aplicación de la coherencia está muy vinculada a la disciplina, de hecho ser coherente en cualquier campo requiere una disciplina, no funciona si sólo somos “un poco coherentes”.
La disciplina de la coherencia implica no hacer cosas que vayan en contra de nuestros principios, ya sean personales o profesionales, implica hacer esa parada que comentaba antes y seguir lo que nos indica nuestra intuición, lo que en cierta manera es navegar con el viento a favor.
Como comentaba antes, es algo aplicable en todos los ámbitos de la vida; en el caso de la empresa el concepto de coherencia tiene mucho que ver con lo que ya expliqué en mi entrada sobre gestión con coherencia, a partir de esa entrada he ido evolucionando el concepto y para poder aplicarlo cuando trabajo, utilizo una idea propia, el Eje de la coherencia, algo muy sencillo que sigue los pasos lógicos para poder trabajar con una empresa desde lo más alto de la propuesta estratégica hasta la función del día a día siguiendo los mimos valores.
Igual que en la vida diaria sólo se trata de seguir esos pasos haciendo paradas para ser capaces de ver si eso que pensamos es coherente con lo que creemos. Ser coherentes creo que nos ayuda a cercarnos a nuestro corazón así como ayuda a la empresa en su búsqueda de un corazón propio.