Consumo consciente ¿cómo llegar al consumidor?

Consumo conscienteEn las últimas décadas del siglo XX y cada vez más acentuado en los años que llevamos del siglo XXI algunas grandes empresas, de todos los sectores, han sido capaces de crecer mucho, de manera en que algunas están valoradas muy por encima de la media del PIB de muchos países del mundo. Esta concentración de volumen de negocio lleva también una concentración de poder, lo cual desde un punto de vista político socaba el poder representativo de los gobiernos democráticos.

Ante esta situación, algunas personas alarmadas por la pérdida de control sobre la política de sus países han buscado el punto débil de estas grandes corporaciones, su talón de Aquiles que no es otro que su dependencia  del consumo que realizamos de sus productos o servicios.

Así que la recuperación de la capacidad de decidir está en la elección de qué productos consumimos en función de quién los fabrica y qué intereses tiene ese fabricante. Así si estas grandes empresas van a  controlar nuestros gobiernos por lo menos decidamos qué grandes empresas lo hacen.

Esta es una de las aproximaciones al llamado consumo consciente, pero no sólo se aplica a cómo afectan nuestras decisiones de consumo a  nivel de la sociedad como un todo, sino que también se pueden bajar a un nivel de decisión e impacto mucho más bajo; por ejemplo cuando consumimos productos de proximidad  y cuando lo hacemos en establecimientos también de proximidad, dando negocio y vida a nuestros vecinos.

Sobre estas ideas podéis encontrar más información en:

http://www.emaus.com/que-hacemos/educacion-transformar-mundo/ambitos-de-actuacion/consumo-consciente-y-responsable

http://partidoequo.es/quienes-somos/nuestras-ideas/programa-electoral/Econom%C3%ADa-y-Sociedad/consumo-consciente-o-consumo-responsable

http://www.consumoresponsable.org/criterios/index

Pero buscando qué implica esto desde el punto de vista de las empresas, creo que supone una gran oportunidad para aquellas empresas que hacen las cosas bien, ya sean grandes o pequeñas.

Este grupo de consumidores del que hablamos es aún muy pequeño en términos globales, no tiene suficiente fuerza como para cambiar políticas de empresa, pero poco a poco será más fuerte y con más poder dentro de las decisiones que puedan tomar estas empresas.
Pero ¿Quién llegará al corazón de esos consumidores conscientes? Lógicamente quien sea capaz de convencer a esos consumidores que sus valores y principios están alineados con los suyos propios; los que no utilizaran su poder económico para forzar determinadas legislaciones, los que mantengan sus  fuentes de aprovisionamiento locales o bien que su política de usos de la energía sea racional, también quien  pague sus impuestos en el país donde se produce su actividad y no en otro que les ofrece mejores condiciones fiscales.

Esa información no es fácil de encontrar, sobre todo cuando no interesa que sea encontrada; o cuando se tapa detrás de trasnochada comunicación de RSC – Responsabilidad Social Corporativa – que busca confundir; pero ¿cuándo si interesa comunicarlo de verdad? ¿Son conscientes las empresas que cumplen con un código de buenas prácticas que deben comunicarlo?

Ahora es un buen momento para ser pioneros creando canales de comunicación para que esas empresas lleguen a los consumidores, para que esos esfuerzos que suponen hacer las cosas de una determinada manera puedan recibir el premio en forma de consumo consciente, en forma de compradores que prefieren comprar un producto que les hace sentir que están haciendo lo correcto.

Ahora es un buen momento para las empresas con corazón.

Cuando no existía el miedo..

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A veces recuerdo que hubo una época en la que no tenía miedo a nada, ni a lo que decía, ni a lo que hacía…cada día era nuevo y permitía que cualquier idea por absurda que sonase pudiera llevarse a la práctica, o por lo menos quedar en un intento…eso pasaba cuando era niño….

En algún momento entre esos días y el que hoy vivimos pasó algo, que no sabría explicar, que hizo que me convirtiera en una persona  seria y formal, con responsabilidades, entre ellas un trabajo también serio y formal…

…y resulta que lo que hago en ese trabajo, yo creo que  bastante bien, tiene mucho que ver  con tomar riesgos, con ser creativo, con la originalidad y la capacidad de ir muy lejos con el pensamiento para intentar seguir ese pensamiento con  acciones,  pero aquello que un día fue mi estado natural hoy supone esfuerzo, estrés, incluso miedo…

¿En que momento aquello que había sido simple y fácil pasó a ser difícil y estresante?

No soy capaz de ver una sola causa por la que puede ocurrir que la naturalidad de los niños se pierda en los adultos, quizás hay una parte en la educación en la que priman principios como que hay que trabajar duro, o que algo valioso debe costar esfuerzo, seguro que también el peso de las responsabilidades que nos imponen o nos imponemos, pagar coche, casa… hasta tener hijos propios que sean capaces de vivir eso de lo que no somos capaces; pero deberíamos saber cómo  conectar con ese niño cada vez que necesitamos creatividad, valentía, arrojo…

Hoy en día para diferenciarnos en muchos puestos de trabajo, para hacer las cosas de una manera diferente, mejorar procesos y en definitiva ser capaces de aportar todo nuestro potencial a la empresa en la que trabajamos (incluso si es nuestra empresa…) debemos ser capaces de dejar atrás nuestros miedos, sobretodo el miedo al fracaso. Creo que  el secreto está en la conexión con ese niño que fuimos, con la ganas de probar cosas nuevas, de experimentar, de explorar…

También creo que para que podamos hacer eso hace falta estar en una organización que nos lo permita, donde no esté penalizado el probar mejoras, el innovar, y eso no siempre pasa. En cierta manera tengo la sensación de que se trata de un caso en el que “la pescadilla se muerde la cola”; muchos empresarios no quieren abrir la mano porque temen que la cosa no funcione y provoque pérdidas y muchos trabajadores no hacen las cosas de manera diferente a la habitual porque si se equivocan saldrán perjudicados.

¿Cómo romper ese círculo?

Es difícil de decir y dependerá de cada empresa, hay multitud de ellas que lo han hecho ya sea conscientemente con sistemas muy probados, como grupos de mejora que buscan la innovación de procesos por parte de los trabajadores en “entornos seguros”, o en otros casos de una manera más inconsciente  ya que  debido a la situación económica actual la innovación y la pérdida del miedo ha sido la única vía para salvar la empresa.

Está claro que cualquier organización que permita que reencontremos el espíritu indomable de la niñez, siempre de manera controlada, se estará haciendo un favor y nos lo estará haciendo a nosotros, porque cuando éramos niños estábamos más cerca de nuestro corazón.