“La comunicación es una necesidad básica del ser humano y siempre existirá ya sea con la colaboración de la organización o sin ella.”
Cuando hablamos de los valores, y perdonad si me repito mucho con ello, pero estoy convencido de que son la base de una gestión con coherencia, uno de los temas que yo consideraba capital era que esos valores pudieran ser comunicados y compartidos para que las personas que trabajan en la organización se pudieran sentir alineados con ella al máximo. Esto genera que todos los implicados sientan la organización como propia. Para que esto sea así debemos tener muy clara de qué manera vamos canalizar la comunicación dentro de la organización y cuidaremos que siga el principio de la gestión con coherencia.
Como propongo en la frase del principio de la entrada, la comunicación va a existir ya sea con apoyo o sin apoyo de la organización; así dentro de lo que llamaos comunicación interna encontramos la comunicación formal, si es a través de canales oficiales de la empresa o comunicación informal si es la típica charla de pasillo.
La comunicación informal se da de una manera espontánea, y aunque muchas veces son conversaciones no relevantes, otras podrían ser conversaciones de las que extraer información valiosa, que sería interesante tener; aún así es una comunicación muy difícil de regular, y además haciéndolo probablemente perdería ese valor de la espontaneidad.
Pienso que querer organizar cada ámbito de la actuación del trabajador en la organización es muy costoso y poco efectivo; pero además eso supone una falta de confianza en que nuestros colaboradores puedan decidir compartir con la organización algo que pueda surgir de una comunicación informal y que pueda ser valioso. Creer que las personas que trabajan con nosotros o para nosotros están involucradas y que darán ese paso es importante, porque supone aceptar un nivel de autogestión del profesional que beneficia la confianza. Está claro que es mucho más difícil de conseguir en una empresa grande que en una pequeña, pero orientar la gestión a esos patrones basados en la confianza hace crecer la involucración de cada uno de los miembros y que este tipo de comportamientos se pueda repetir.
En el caso de la comunicación formal sí que la organización debe poner medios y tener claro qué información quiere y debe trasladar a sus miembros (comunicación descendente) y qué información quiere que pueda subir desde sus miembros (comunicación ascendente).
Yo creo que hay una serie de normas que las empresas no deberían violar nunca dentro del ámbito del uso de la comunicación formal.
En la descendente:
- No mentir
- No ocultar información importante para sus miembros
- No dar por supuesta información importante porque sepamos que ya circula en el canal informal.
En la ascendente:
- Dar respuesta clara y razonada a cualquier pregunta o sugerencia
- No denigrar jamás opiniones recibida.
Los canales de la comunicación formal son muchos y dependiendo de ellos es más fluida o menos fluida, desde los clásicos comunicados en papel colgados en un tablón de anuncios, hasta el uso de redes sociales específicas como yammer pasando por reuniones de personal, revistas corporativas o mails informativos.
Está claro que por el condicionamiento recibido durante muchos años son más usados los de comunicación descendente que los de comunicación ascendente, lo que afecta a la posibilidad de los trabajadores de dar su opinión o hacer sugerencias y eso tarde o temprano mina su confianza en la empresa.
Una empresa con corazón, gestionada con coherencia, deberá tener en cuenta la opinión de sus trabajadores, tratar dichas opiniones sin romper las normas, con el máximo respeto; y a la vez ser capaces de establecer canales de comunicación interna de confianza para que la información descendente llegue a estos de una manera fácil. No se trata de cambiar los valores personales de cada colaborador sino de explicar los de la organización para que los colaboradores los puedan hacer suyos; lo que constituye una diferencia con algunos acercamientos actuales.