¿y para las próximas navidades?

baixa

Y pasado el día de Reyes y con las navidades ya casi olvidadas, han pasado ya las fiestas….

Es un momento del año que realmente nos trae un análisis curioso bajo la perspectiva de la empresa, que empieza desde una visión histórica.

Estas fechas se han celebrado en nuestra parte del mundo durante siglos; antes del cristianismo como victoria de la luz sobre la oscuridad, ya que los días empiezan a hacerse más largos a parir del solsticio de invierno, y después del cristianismo vinculando la fecha al nacimiento de Jesucristo.

Durante todos esos siglos estas mismas fechas han estado vinculadas a diferentes tipos de celebraciones, desde religiosas y de recogimiento a otras más festivas.

En un determinado momento histórico las celebraciones dieron lugar al hecho que marca una parte de estas fechas en la actualidad, la reunión de la familia, el encuentro de las personas queridas para compartir una comida como símbolo de unión; esta parte se repite en casi todas las tradiciones occidentales de la Navidad.

Aunque en las fiestas romanas ya se intercambiaban regalos, en los últimos años se ha sumado la actividad comercial como una de las más importantes de la celebración ya que para las empresas que venden al público se trata de la época más importante del año que puede concentrar el 30% de las ventas del año, e incluso puede ser bastante más.

Este año observando como la parte comercial de las fiestas es cada vez más importante me planteaba si era posible que dentro del consumo responsable pudiéramos hacer que esta actividad se acercase al verdadero espíritu de las fiestas. No se trata de opciones que he visto publicadas que suponen renunciar a los regalos – !y a mi también me gustan! – sinó buscar opciones que puedan estar más alineadas con nuestros valores.

Si queremos hacer regalos materiales, podríamos hacerlo buscando quiénes son las empresas a las cuales les compramos los regalos , revisar qué explican sobre ellas mismas, cómo fabrican, y dónde fabrican para poder contestar a la pregunta ¿merecen esa compra? . Estoy convencido, que hay muchas que sí merecen esa compra y nosotros podemos premiar el compromiso de esas empresas.

Otra opción de regalo consciente, ya fuera de los regalos materiales, sería la aportación en nombre del regalado a una ONG que sepamos que pueda ser de su agrado, siempre que también sigamos el proceso de revisar quiénes son esas ONG.

Creo que hay maneras más conscientes de hacer las cosas, que suponen además una forma de beneficiar a las organizaciones que se han ganado su corazón, incluso se trata de una forma de hacer que aquellas que no lo han hecho aún puedan ver un beneficio claro en hacerlo.

No se trata de ser integrista, sino de hacer lo que creamos que está más cerca de nuestros valores. Está claro que nos queda todo un año para pensar qué tipo de regalos queremos hacer las siguientes navidades, pero siempre es buenos reflexionar en cómo podemos con nuestras decisiones variar algo en lo que no creemos.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *