Pues sí, así escrito suena como una tontería, para algunos incluso les suena como algo malo, pero está claro que las empresas tienen que ganar dinero.
Me han comentado algunas personas que a veces parece que dejo de lado ese hecho tan básico, y que parece que cuando escribo lo haga siempre sobre ONG’s y la verdad es que me apetecía hablar de ese aspecto del negocio. Ganar dinero.
¿Qué es el dinero? Pues básicamente es un sistema de intercambio de valor, yo produzco un valor y lo intercambio contigo, que me das dinero por ese valor que produzco. El dinero surge para evitar la dificultad que supone gestionar trueques en los que las dos partes puedan estar interesadas (entre otras muchas facilidades que aporta el hecho de tener dinero…). Visto de esta manera el dinero no tiene ningún tipo de carga negativa como la que puede tener en la actualidad para mucha gente.
Esa carga de negatividad, provocada sobre todo por la parte especulativa del dinero, es la que hace que el comentario que da título a la entrada tenga algo de provocativo.
Y ¿porqué deben ganar dinero las empresas? En una entrada anterior hablé sobre la no necesidad de un crecimiento sostenido como modelo básico, pero dentro de esa no necesidad en la que creo firmemente, está la necesidad de la supervivencia de la organización y para eso si hace falta ganar dinero.
Una empresa necesita poder ingresar dinero para realizar sus pagos tanto a trabajadores como a proveedores y administración, y tal como está montada la economía mundial también para pagar la inversión de capital del propietario de la empresa – esta última es la que genera más tensión, es el dinero que algunos ven mal –
Eso sí, hay maneras y maneras de hacerlo, y dentro de esas maneras está la que busca poder dar también un valor a la sociedad, aparte del que aporta a sus integrantes.
El error que provoca que el ganar dinero sea visto como “malo” proviene del hecho de que existan empresas cuyo único objetivo sea ganar dinero, cuando el dinero jamás debe ser un objetivo en sí mismo sino el resultado de la búsqueda del fin para el que la empresa ha sido creada, aquel que ponemos en la misión de su organización.
Ese dinero es el que utilizaremos para retribuir a los trabajadores de una manera justa, pagar impuestos que permitan que existan empresas que no deban ganar dinero – las públicas, hospitales, policía, bomberos…- ser conscientes con el medio ambiente, que es el que nos permite en última instancia ganar dinero y así devolver parte de las ganancias, en forma de ayuda, a planes de mejora de la sociedad, no cómo política de lavar una imagen que ya no necesita ser lavada sino como vocación real de devolver a la sociedad lo que se recibe de esta.
Cuando hablamos de empresas con corazón no hablamos de ONG’s, sino de organizaciones que buscan sus beneficio pero que también creen en el beneficio social de su actividad, en el respeto por los demás y en una actividad a través de la cual se aporta valor.
No nos engañemos, las empresas con corazón ganan dinero, la diferencia es cómo entienden el ganar dinero y como gastan ese dinero que ganan.